Utopiaucronia en Marte!

de William Riker


El relato fue comenzado por Bhrig, quien quiso reunir en esta aventura a algunos amigos de Utopiaucronia (indicados en azul):

 

Enero de 1012. De la base espacial de Bizzarone, pequeño pueblo en la provincia de Como, parte la misión a Marte. Es un grupo europeo que intenta desembarcar en el Planeta Rojo, más precisamente una misión de cooperación entre la Unión Europea y Suiza. La misión, que ha establecido el primado de las estructuras espaciales europeas en la Nasa, significa la reanudación de la colaboración entre Berna y Bruselas, después de la sonada fractura del 2008 (ruptura de los tratados bilaterales de parte del Palacio Federal). El nuevo acercamiento es un punto importante en las relaciones entre las dos estructuras: colaboración paritaria, intercambio de consejeros para los informes institucionales y, en un futuro próximo, proyecto de sistema común europeo, que englobe el euro, el franco, la esterlina y las otras monedas europeas en un nuevo y renovado Sistema Monetario Europeo. También contribuye a la misión la Agencia Espacial Argentina.

Son once los astronautas elegidos para la misión: seis Ue y cinco suizos, provenientes de diversos ámbitos profesionales. Los astronautas suizos son: Breen Russi (física y atleta, de Basilea); Nikolaus Pedrazzini (militar, de Uri); Antoni Cathomas (literato, de Grigioni); Nadine Thélin (periodista, del Valais); Elvio Muggiasca (emprendedor, del Cantón Ticino). Los Ue son ¿Por qué no?, francés, el director de la misión; Joao Nogueira (astronauta, de Lisboa); Fiácra O’Leary (músico, de Connemara, Irlanda); Danuta Marczynska (dirigente, de Varsovia); William Riker (ingeniero, Milán); Alexandra Orphanidis (astronauta, Atenas). También participa de la misión, en calidad de reportero, el argentino Enrique Salvador Moscato, amigo personal de Riker, encargado de escribir un libro a la vuelta de la misión.

Luego del desembarco en Marte, los astronautas se unirán a una segunda nave, con astronautas españoles, escandinavos, ingleses, alemanes, austríacos, húngaros y suizos. La partida de la misión es seguida por todo el mundo, vía televisión, Internet y teléfonos portátiles Umts. Y la partida de Bizzarone comprende a varias personalidades: además del jefe de Estado suizo Heli Maurer, el presidente de la Unión Europea, José Bové y a representantes de los estados miembro; también al presidente de los Estados Unidos, Hillary Rodham Clinton, y el notable lingüista *BhriHskwo-bhlôukstrôy, catedrático de Glotología de la Universidad de Génova, presidente de la Comisión conjunta Ue-Suiza para la salvaguarda de las lenguas minoritarias y amigo personal de Riker.

Una curiosidad: *BhriHskwo-bhlôukstrôy llegó a la base en bicicleta desde su propia casa en el campo, situada en las cercanías. Envió además sus votos de éxito Su Santidad Benedicto XVI, por medio de su Secretario de Estado, sor Elena Bosetti, también amiga personal de Riker.

Parte la misión, y el viaje a Marte es largo. Las telecámaras encuadran cada aspecto de la vida cotidiana de los astronautas, salvo el período nocturno (para respetar las leyes francesas sobre privacidad). Nacen colaboraciones científicas, amistades, amores. Y emergen las distintas personalidades. Líder indiscutido es Romani Albaret. Se forman dos grupos: el de los “teóricos”, liderado por Riker, y el de los “prácticos”, cuya líder es Breen Russi. En particular, Riker se destaca por haber compuesto diversos relatos y poemas épicos, mientras Breen Russi desarrolla la práctica de varias disciplinas deportivas (entre otras cosas, llegó a poco del récord suizo de los 100 metros). Entre ambos existe la pasión común por la física. Pero no sólo eso. Con el transcurso de los días, entre ellos nace el amor. Y es unánime la opinión de que serán ellos quienes desembarcarán en Marte, inmediatamente después del comandante (la tecnología permitirá pasear en el Planeta Rojo a todos los miembros de la misión). Si monsieur Albert plantará en Marte la bandera de la Paz, los dos astronautas dejarán los estandartes de las dos misiones: el europeo y el suizo. 
Tomados de la mano, William Riker y Breen pasean románticamente por Marte. Nació la primera pareja interplanetaria…

 

William Riker respondió así:

 

¿Por qué sólo Marte, si podremos conquistar otro? ¡Dos cerebros (especialmente si están enamorados) trabajan mejor que uno solo! Ingresados en órbita marciana el 24 de noviembre de 2012, los futuros esposos son encargados de guiar la nave exploradora, saliendo de la nave madre y, dando algunas órbitas en torno al Planeta Rojo, elegir un sitio de descenso alternativo, siendo que el lugar indicado originalmente se encuentra inmerso en fortísimas tormentas de arena. Pero mientras los dos tortolitos navegan detrás del planeta Marte, invisibles para la Tierra y para la nave madre, chocan en una rara e infortunada casualidad con un agujero negro primordial, grande como un núcleo atómico y de masa como de una montaña, formado inmediatamente después del Big Bang (según algunos, el Universo estaría lleno de ellos). La súper gravedad del micro agujero negro los atrae en una distorsión espacio-temporal y los precipita en el inter espacio heptadimensional. De ellos se pierde toda señal, y su destino, para la Tierra, es un misterio absoluto.

En tanto, la distorsión espacio-temporal provocada por el micro agujero negro transporta a Vreni Russi y William Riker 145 años en el futuro; así, los dos se encuentran en órbita marciana en el 2157, como Riker descubre inmediatamente gracias al análisis de las posiciones planetarias. Su nave, obviamente, no está presente en el rendez-vous, quedando en el pasado. Para ellos se abriría la perspectiva de una muerte atroz en la nada del espacio, siendo limitada la carga de oxígeno, por lo cual los dos se dedican a recitar las últimas oraciones, cuando sienten un rayo que captura la nave y la atrae. Los interceptó un carguero espacial en viaje entre la órbita terrestre y la ciudad marciana de Olympia, al pie del monte Olympus, el más grande volcán del sistema solar (¡27 km de altura y 500 km de diámetro!).

El capitán del carguero no cree que ellos provengan del pasado, como declaran, pero a cambio del silicio ultra puro del cual están compuestos los circuitos de la nave, los transporta al planeta rojo, donde finalmente llegan, admirando una megalópolis futurista extendida en el subsuelo de Marte. Los dos se encuentran en una futura república extendida a todo el sistema solar en la cual la humanidad vive en paz después de la oscuridad de las dictaduras que han tiranizado la Tierra durante el siglo XXI, y que ha alcanzado un hiperbólico progreso científico, médico y tecnológico. Los dos “náufragos del tiempo” deciden llegarse a la Universidad de Olympia, donde trabaja uno de los más grandes físico-matemáticos de esa época, Larry Heaviside III, quien está conduciendo experimentos sobre la máquina del tiempo. ¡Éste resultará justamente descendiente de la unión entre Russi y Riker! Nuestro héroe se ofrece para colaborar con él, a cambio de la memoria de su nave, que contiene los datos sobre el micro agujero negro. En breve tiempo los dos, con ayuda de la Russi, fabrican un prototipo que deberá llevar a nuestros héroes nuevamente al 2012.

El gran día se acerca, y los tres trabajan largas horas, sacrificando incluso la pausa del almuerzo. El Domingo de Ramos del 2157 son ya las 14 y ninguno almorzó todavía, ya que los alimentos fueron suprimidos para intensificar el trabajo, ahora, que el profesor Heaviside entiende que puede realizar el sueño de su vida. William Riker se encuentra dentro del compartimiento para pasajeros de la máquina del tiempo y está registrando las bobinas tachyónicas, cuando Breen le sugiere: “Sal un momento para comer algo”. “Voy, tengo aquí una hamburguesa en el bolsillo”, es la respuesta. Pero desgraciadamente, por el apuro de buscar a su amor, el ingeniero tropieza con un contacto y acciona el campo de distorsión, siendo atrapado en menos de un instante. Vreni y el profesor logran ponerse a resguardo antes de ser atrapados a su vez, y Headviside logra cortar la energía de la máquina. Riker, desgraciadamente, desaparece nuevamente en los pliegues del tiempo, por segunda vez.

Vreni no se resigna a la pérdida y obliga al profesor Heaviside a realizar cálculos para descubrir dónde terminó el ingeniero. La respuesta es: Roma, 13 de agosto del 64 d.C., bajo el imperio de Nerón. Entonces Vreni quiere seguirlo a toda costa, no obstante que el profesor le aclara que su compañero podría haber quedado hecho papilla por efecto del campo de distorsión. Vreni se encuentra así, vestida de antigua romana, en la capital del Imperio, una ciudad de un millón de habitantes donde encontrar a su amado será como hallar la proverbial aguja en el pajar. Sin embargo nota que muchos legionarios buscan en el mercado una cosa que llaman “papas”. Esto le hace sospechar bastante (obviamente, la Russi era excelente en latín en la escuela superior), y, después de haber emborrachado un soldado confiando en su propia capacidad de soportar solemnes borracheras, viene a saber que Lucio Domicio Enobarbo Nerón contrató un nuevo cocinero que quiere prepararle un platillo llamado “amburgus”, para el cual son necesarias las misteriosas “papas”. Entonces, a riesgo de su vida, Vreni se escabulle dentro del palacio imperial, la célebre Domus Aurea, contando con la ayuda de algunos cristianos con los que había entrado en contacto; descubierta, deja KO a un par de pretorianos y debe huir rápidamente, pero encuentra asilo en las cocinas. Aquí se encuentra con el nuevo cocinero que es… ¡William!, quien le cuenta, entre beso y beso, que “aterrizó” en la Domus Aurea justo mientras se llevaba a cabo el concurso oficial para contratar el nuevo cocinero de la corte, y él terminó ocupando el lugar de uno de los concurrentes. Nerón lo llamó y le dijo, tocándose la barba color bronce: “Prepárame rápidamente alguna cosa especial, que no haya comido nunca, o tendrás el fin de tus predecesores y de los otros concursantes ya descartados”, al punto que señalaba las cruces que se erguían en los alrededores. Riker, que habla muy bien el latín, sintió que se le helaba la sangre, pero tuvo una súbita intuición, ofreciendo al Augusto la hamburguesa con papas fritas estilo Mc Donald’s que llevaba consigo. A Nerón le gustó tanto que lo contrató con diez mil sestercios de estipendio, con tal de que le preparara ese plato todos los días. “Será difícil encontrar los ingredientes”, acotó el “cocinero”, y Nerón respondió: “Tienes carta blanca”.

Y así Nerón envió a los soldados por todos los mercados del Imperio en busca de las papas y otros ingredientes, que en realidad llegarían de América quince siglos más tarde; pero era una estratagema elegida por William a fin de ganar tiempo y para dirigir las eventuales búsquedas: sabía, en efecto, que Vreni vendría a buscarlo a toda costa, y que ella era lo suficientemente instruida para saber que las papas en la Roma imperial no existían todavía. Sin embargo, el mismo Nerón César en persona irrumpió en la cocina y ordenó el arresto de los dos tortolitos, con la excusa de ser brujos cristianos y espías de los partos. Sin querer escuchar razones, ordenó a sus soldados crucificarlos inmediatamente, y así nuestros héroes están por ser clavados en las cruces bajo la mirada complaciente del feroz hijo de Agripina Menor, pero en ese momento aparece de la nada Larry Heaviside III con la máquina del tiempo, aterrorizando a los legionarios con una descarga de láser en el aire, y cargando a Vreni y William, llevándolos hacia el futuro. Los motores de la máquina del tiempo incendian la Domus, y el fuego se propaga rápidamente en la ciudad de Roma. Nerón se salva y decide hacer recaer la culpa del incendio en los cristianos, con quienes identifica a los crononautas. El resto lo sabemos.

Larry “descarga” a los dos amigos en enero de 2012, un día ANTES de su partida hacia Marte, y los dos deciden no viajar y permanecer en la Tierra. El cerco está cerrado. Y es un cerco que tiene forma de corazón….

William Riker

Traducción en Italiano de esta ucronia


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